Entonces era muy frecuente escuchar a los jóvenes decir el clásico: ‘No puedo tomar, estoy jurado’, para rechazar cualquier invitación a volver a beber”, señala Lorena Valadez, actual coordinadora nacional del movimiento. Sin embargo, hoy que el apostolado incluye a todo tipo de jóvenes -con adicciones o no-, la mayoría de los juramentos van en el sentido de no dejarse atrapar por ningún vicio.
En aquellos ayeres, la gran diferencia que había frente a otro tipo de juramentos, era que dichos jóvenes no se conformaban con alejarse de los vicios, sino que querían ir más allá, y mediante un acompañamiento adecuado, comenzaron a interesarse por la parte de la formación en la fe.

Desde la Fe: Águilas Guadalupanas: Jóvenes que ‘juran’ contra los vicios